Puente Genil enciende la luz de la Navidad 2024 el próximo jueves 14 de noviembre. Puente…
Playa de Torremembrillo.
Hubo un tiempo en que para aplacar el calor de la época estival sólo existía una posibilidad: el río. El baño público ha sido uno de los recursos naturales más populares de nuestros ríos. Y en algunos lugares lo sigue siendo.
El Río Genil, como tantos otros ríos, también ofreció esta posibilidad. Llegando las tórridas temperaturas del verano, desde Granada hasta Palma del Río, los habitantes de las poblaciones por las que discurre el Genil, buscaban para refrescarse y disfrutar del baño, el recodo o lugar más idóneo por su accesibilidad o seguridad. Las aguas frescas y limpias invitaban a una placentera distracción natural y saludable.
Puente Genil contó, hasta principios de los años setenta del siglo pasado, con numerosos parajes donde jóvenes y mayores, aprovechaban el tiempo libre para disfrutar de este bien natural que nos brindó la naturaleza y del que, desgraciadamente, debido a la contaminación y a la mano del hombre, hoy no nos queda nada.
Desde el embalse de la aldea de Cordobilla hasta la aldea del Rabanal, última pedanía de Puente Genil, siguiendo el curso del rio, sus vecinos encontraban todos los veranos puntos de encuentro para disfrutar de las aguas frescas que el Genil, en esta época con más caudal, nos traía por el deshielo de Sierra Nevada.
Muchos son los que recuerdan la añorada y desaparecida playa de Torremembrillo, que colindaba con las huertas situadas en lo que ahora conocemos como “Río de Oro”, frente a la Carraca por la otra orilla. Ciento de pontaneses la usaban a diario durante los meses del estío para el baño y la diversión.
Tan popular llegó a ser en los años sesenta y comienzos de los setenta del siglo pasado, que incluso contaba con un servicio diario de autobús y varios chiringuitos para degustar los platos típicos de nuestras huertas y aplacar la sed propia del verano. Platos tan veraniegos como el “picaíllo” (ensalada de tomate, pimientos, verdes, cebolla y atún), berenjenas fritas, tortilla de patatas, chorizo frito o al vino, sardinas a la brasa o pollo asado, eran los platos más populares acompañados de vino tinto con gaseosa, blanco de la tierra, cerveza o refrescos populares.
Familias enteras bajaban al río bien equipadas con sus neveras, toallas y parasoles. El Genil con aguas limpias y frescas, invitaba al baño popular. Llegando a la Feria Real de agosto, allí se celebraba lo que ahora denominaríamos “Feria de Día”, con concursos populares de pesca, natación, piragüismo, cucaña, ronda y báciga o ajedrez, así como la elección de Reina y Damas de las Fiestas, incluyendo Miss Turismo y Miss Torremembrillo. Incluso la Cruz Roja, instalaba su puesto de socorro para la seguridad de los bañistas.
En definitiva un paraíso perdido del que solo nos queda el recuerdo cada vez más lejano de un sueño de verano y el anhelo de volver a disfrutarlo.
Fuente: http://www.universogenil.blogspot.com.es Francisco Reina Luque
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